En Chile la transición a la democracia no ha encontrado la solución definitiva al problema mapuche, razón por la cual hoy se presentan, en distintas partes del territorio nacional, diferentes movimientos sociales que apoyan a esta causa. Aquella que de una u otra forma sólo pretende la recuperación de tierras ancestrales; la búsqueda del respeto por cultura; la demanda de reconocimiento político por parte del Estado chileno.
Si estudiamos su historia, reconocemos en ellos un pueblo de profunda fe y de gran resistencia moral y física que los lleva por más de 700 años a mantener un espíritu despierto a la defensa de sus derechos de territorio, a costa del dolor de perder a sus seres queridos.
A pesar del esfuerzo por mejorar las condiciones reales de los mapuches, nuestra ‘seudo democracia’ nos conduce permanentemente a episodios que dejan ver la sangre de los antiguos Lautaro. Matías Catrileo Quezada, de escasos 22 años, muere en un ‘enfrentamiento’ con carabineros en el fundo Santa. Margarita en la Región de la Araucanía.
Este alumno de Agronomía de la Universidad de la Frontera se suma a la triste lista de quienes han caído en defensa de sus derechos. "Pocas razas hay sobre la tierra más dignas que la raza araucana. Alguna vez veremos universidades araucanas, libros impresos en araucano, y nos daremos cuenta de todo lo que hemos perdido en diafanidad, pureza y en energía volcánica". Pablo Neruda (Confieso que he vivido).
Tal vez aquellas universidades araucanas del sueño de Neruda están en peligro. Un nuevo Lautaro muere defendiendo los derechos de su pueblo. ¿Somos extranjeros en nuestra propia tierra? ¿Acaso en la sangre de Matías no corría nuestro propio ser, nuestra identidad?
Si estudiamos su historia, reconocemos en ellos un pueblo de profunda fe y de gran resistencia moral y física que los lleva por más de 700 años a mantener un espíritu despierto a la defensa de sus derechos de territorio, a costa del dolor de perder a sus seres queridos.
A pesar del esfuerzo por mejorar las condiciones reales de los mapuches, nuestra ‘seudo democracia’ nos conduce permanentemente a episodios que dejan ver la sangre de los antiguos Lautaro. Matías Catrileo Quezada, de escasos 22 años, muere en un ‘enfrentamiento’ con carabineros en el fundo Santa. Margarita en la Región de la Araucanía.
Este alumno de Agronomía de la Universidad de la Frontera se suma a la triste lista de quienes han caído en defensa de sus derechos. "Pocas razas hay sobre la tierra más dignas que la raza araucana. Alguna vez veremos universidades araucanas, libros impresos en araucano, y nos daremos cuenta de todo lo que hemos perdido en diafanidad, pureza y en energía volcánica". Pablo Neruda (Confieso que he vivido).
Tal vez aquellas universidades araucanas del sueño de Neruda están en peligro. Un nuevo Lautaro muere defendiendo los derechos de su pueblo. ¿Somos extranjeros en nuestra propia tierra? ¿Acaso en la sangre de Matías no corría nuestro propio ser, nuestra identidad?