Desde los primeros pasos en la escuela se deben potenciar las relaciones humanas y la disciplina. Estos dos conceptos se alcanzan a través del deporte y la educación física.
La alegría de los niños en sus primeras rondas y competencias deportivas parecen perderse en el tiempo por inadecuadas políticas escolares que no consideran el crecimiento de la autoestima e inhiben sus iniciativas recreativas, no observando sus verdaderas potencialidades e incorporándolos a exigencias en el rendimiento corporal, sin el respeto a las verdaderas condiciones físicas del escolar.
El juego o competencia grupal debería acompañarse de una organización real de la participación de cada uno de sus integrantes, en una fina selección por capacidades. Esto permitiría crecer al estudiante en la dinámica del respeto al otro y el proyecto colectivo.
En la escuela, a través de la competencia , nace el primer tratado sobre cómo el deporte es 'un modo de crecer y no destruir'. Cuando se ha guiado celosamente cada paso de los niños en esas primeras experiencias y se les encamina al éxito, se potencia la autoestima y se abre paso a una forma distinta de canalizar energías: la intelectual, reconociendo en élla una ruta de vida que abrirá camino hacia el éxito.
La Educación Cívica a través del deporte: crecer y no destruir
Enajenación en un mundo globalizado
La incorporación de la moneda (es decir, la entrega de un valor a cada bien), la creciente población mundial, la mayor demanda de bienes y lo difícil que se hace obtenerlos, lleva al mundo al 'juego del valor', donde las mayores pretensiones del hombre se transforman en la posibilidad de tener mayor cantidad de dinero en sus bolsillos.
El creciente sueño del Tío Rico McPato (el personaje tan admirado de Disneylandia) lleva a los infantes la idea del mundo material o quizás les anticipa la creciente explotación de sus padres o la que sufrirían ellos mismos mas tarde. La moneda todo lo compra: la tranquilidad de pueblos completos. Como el latinoamericano, que perdió su cultura, sus familias y lo peor: el respeto por lo que les pertenece. Aquí se comienza a sentir la globalización de las ideas impuestas y las que están lejos del orden natural. Es decir una tecnología que nos sostiene y nos ahoga.
Comodidades, entretención, control de epidemias; pero también la aparición de otras... Mucho de lo que se aplica globalmente se puede confundir con una práctica irresponsable del mundo frente a la naturaleza. Concentración de los mercados en uno solo... unifica las prácticas económicas pero también permite el traslado territorial de bienes, sobre todo los naturales, que pertenecen tan solo a un solo medio, quebrando el equilibrio de la naturaleza y provocando, en definitiva, la desconexión con ella misma. Una verdadera Enajenación.
¿QUÉ TAN BUENO ES EL MUNDO GLOBALIZADO?
¿DE QUÉ MANERA AFECTA A LA NATURALEZA?